viernes, 20 de agosto de 2021

Los gameplays intimistas y su magia

Qué vida más triste

Existe una magia especial cuando dos amigos se sientan a jugar un videojuego desde el mismo sofá.

No es el "efecto Bollycao" nostalfag que produce en ciertas personas ver que dos amigos se reúnen físicamente (y no online), para jugar algo en común, emponderado hasta el infinito por la equivocada idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Tampoco tiene que ver con ningún tipo de insinuación erótica-festiva que implique la gran victoria de sentarte cerca de tu crush. Ni tan siquiera es la conexión que se produce con una amistad cuando compartes con ese alguien una pasión en común. Que me parece fabuloso pero no va por ahí. Y si piensas que tal vez tiene que ver con el juego en sí... pues no. Tampoco.

Entonces, ¿qué es? Pues, es una situación con un contexto que se produce bajo ciertos factores, en el cual dos jugadores, mientras juegan, hablan, se relacionan sin tapujos, mostrándose tal y como es. La amistad brilla. E invita a acercarse a cómo piensan, y cómo viven, en ese momento.

Ein, ¿hablabas de videojuegos?

Efectivamente, y allá voy a explicarlo. El videojuego no es más que el punto de partida. La excusa. De hecho, el videojuego da un poco igual; aunque como ahora paso a detallar, dependiendo del género, puede prestarse más o menos a crear este ambiente. Y los factores que crean este tipo de gameplays tan peculiares son:

  • Se intercala el propio avance en el juego con opiniones, anécdotas o temas de cualquier índole y con libertad personal. Esto creo que es lo más importante. Y lo que hace que el audio prevalezca sobre el vídeo.
  • Total espontaneidad.
  • Un entorno tranquilo, relajado. En casa como norma general.
  • Sin límite de tiempo estricto, sin prisas.
  • Si es por la noche, mejor.
  • La calidad técnica no importa tanto.
  • La calidad de la partida en sí no es tan importante, aunque sí debería tener un mínimo de interés.
  • Un gran peso del humor.
  • Más efectivo con juegos de un jugador, en modo historia y con cierta inmersión, que no se conozca de antemano o domine, si se jugó previamente. Al más puro estilo "pasa el mando". También valen juegos con multijugador cooperativo.
  • Preferiblemente con dos jugadores. Cuatro como mucho si se mantiene la "esencia" del chill.
  • Importancia del sonido ambiente, equiparado al ASMR, incluyendo clicks o pulsaciones del mando, comida y bebidas...
  • Como dije al principio: presencial. También podría ser online, aunque bajo mi opinión, la conexión es menor, y la chispa también.
Para que entendáis la analogía, la pieza sería parecida a una "entrevista", totalmente libre, abierta, sin pautas, que a lo que conocemos comúnmente como gameplay. O un retrato, en soporte audiovisual.

Pero, ¿no existen para ello otros formatos como los podcasts?

Cierto es. Con la diferencia de que un podcast es más cerrado: mayor estructura, planificación, enfoque en un tema y normalmente se busca informar. En un podcast hay temas que difícilmente pueden surgir. Aunque seguramente haya excepciones más experimentales que se acerquen, como "Nadie Sabe Nada" que es pura improvisación.

¿Por qué videojuegos y no otra cosa?

Podría. La gente se relaciona en todas partes como algo cotidiano. Pero como dije arriba, los videojuegos son la excusa perfecta. Hoy día uno de los entretenimientos más universales, y accesibles, que existen. Y el contexto que crea es ideal. Piensa en alguien que conozcas que no juegue absolutamente a nada. A mí me cuesta, aunque tuve un profesor en la Universidad que se declaraba abiertamente en contra. Lo mejor es que me daba una optativa sobre... ¡VIDEOJUEGOS! (desde luego la carrera fue un caldo de cultivo perfecto para todo tipo de situaciones bizarras).

Antes había mencionado un ejemplo de Gamplis, amigos del veterano youtuber Fistroman. En un excéntrico directo de Skyrim en un canal secundario, decía FM: "Esto es lo bueno de este canal, que como nos la suda, salen cosas muy interesantes". Se refería a que el gameplay que estaban emitiendo no se parecía en nada a un gameplay. Empezó como tal pero fue desvariando completamente.

El panorama del gameplay está saturado. Todo el mundo juega, y si lo pueden grabar y/o emitir, obteniendo algo a cambio, mejor. Esto da para un tema aparte. De los aspirantes a Youtube de los 2010's hemos pasado a los streamers, en directo, cuya inmensa mayoría busca, por encima de todo, crecimiento y prosperidad en sus plataformas (tenga el subtexto que tenga, esto siempre es la piedra angular). En mi caso, cuando digo "me encantan los gameplays", me refiero a los del tipo que dan título a esta entrada. Más allá de haberse ideado como producto, que sean, sobre todo, intimistas. Con esencia, espíritu.

A mí me gusta coleccionar algunos. Oírlos, desde mi móvil, me ayuda y acompaña en la vida diaria. Tiene un efecto balsámico, relajante, casi terapéutico diría. Cual aislada cápsula del tiempo en mitad de este torbellino cambiante que vivimos; más aún desde la pandemia... el terrible desastre que nos separó a todos. El mero hecho de oírlo se vuelve casi un acto egoísta. O idólatra. Durante unos años me tocó hacer frecuentes viajes en carretera. ¿Adivináis qué es lo que solía llevar puesto durante el trayecto? No hay otro formato que se le parezca, y cuando alguien lo graba, lo hace por accidente o casualidad. Porque los formatos se canibalizan entre ellos, se vuelven la misma cosa, y el gameplay no es una excepción.

Aunque todo esto está muy bien, pareciera que me esté limitando a ello como un producto audiovisual a disfrutar en tercera persona. Pues nada más lejos de la realidad. Es mucho mejor vivirlo. Quedar para jugar es el plan más zen que existe. Claro es, no siempre se puede, o apetece. Los videojuegos de hoy día tienen escasa inmersión, y el estilo de juego ha ido cambiando, planteándose más como una "maratón" que completar. Las famosas "quedadas de videojuegos" (al igual que las pijamadas) se han quedado desfasadas, obsoletas. La última persona de mi círculo que empleó esa expresión, se sacó unas oposiciones y desapareció del mapa. Quedar para esto requiere gran cantidad de energía. Los amigos viven lejos. Los amigos son selectivos; pero amigos al fin y al cabo. Y el retro o jugar títulos más antiguos no siempre es atractivo para muchos de ellos. Si quedas para jugar uno largo, el ritmo decae entre una quedada y otra. Salen otros planes alternativos que llegan a preferirse más, e incluso se dropean (abandonan) algunas partidas. Pero si no, igual también llegan a cansar las sesiones demasiado largas. Carajo, el mero hecho de hacerse adulto hace que estos planes se los lleve la corriente. ¡Son tantos inconvenientes!

Así que al final lo acabas oyendo. Que es mejor que nada.

Si tuviera que poner un ejemplo ideal de plan para gameplay intimista, en este instante de escritura se me ocurre Silent Hill, preferiblemente de la trilogía clásica. Soy un gran fan de los juegos de terror. Y ya de paso: ojalá esa franquicia levantara la cabeza. Pero bien de verdad. No como máquinas de pachinko. Ni como trending topic cada vez que en algún punto de España se forma niebla.

2 comentarios:

  1. Parece que la forma de vivir este entretenimiento se ha roto... prácticamente no hay juegos con multijugador local... no deja de ser bizarro que los juegos de CARRERAS ya no tengan multijugador a pantalla partida, o que para hacer una partida cooperativa a un juego de consola... haya que desplazar sendas consolas y sendos televisores a la misma habitación (y si, hablo de esas memorables partidas juntos al Dark Souls II)

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  2. Efectivamente porque lo que pasa con el multijugador local, es que implica: a) Partir la pantalla, cosa que es incómoda de ver y jugar, y que además se carga el formato de la pantalla. b) Que el diseño del juego admita más de 1 jugador en pantalla (ej. Gauntlet). Lo bueno es que hay muchos indies que recuperan eso, sí, pero a veces es arduo descubrir buenos indies.
    Y bueno, el contexto de que ahora la gente no queda tanto para videojugar, y lo hace online.

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