"El fandom está muerto"
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Es algo difícil degradar mi propio estilo para simular un dibujo antiguo. Pero fue, cuanto menos, un experimento curioso. |
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Es algo difícil degradar mi propio estilo para simular un dibujo antiguo. Pero fue, cuanto menos, un experimento curioso. |
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Mi resumen artístico de 2022. Nótese el bajón durante el verano, meses que fueron particularmente duros; sobre todo en la ausencia de fondo. |
Aquí dejo la recopilación de mi Inktober 2021. Es la segunda vez que hago este reto, ya clásico hoy día. Para quien no lo sepa, consiste en realizar un dibujo diario durante todo el mes de octubre, siguiendo una lista (que puede ser oficial o no). De esta forma se da rienda suelta a la creatividad y se mejora la técnica. Y tengo que decir que funciona, porque me siento mucho más suelto con el lápiz.
Aunque en principio se traten de dibujos en blanco y negro, entintados como su nombre indica, no deja de ser un desafío. Para aquellos que no nos dedicamos a esto de forma profesional, o no le invertimos el tiempo correspondiente a una jornada, puede hacerse cuesta arriba seguir el ritmo. Obvio que el nivel lo tienes que marcar tú. Puedes hacerlo minimalista. Pero en mi caso no me he rebajado mucho más de lo que haría en otras ilustraciones. Y hay quienes lo hacen… ¡a color! Así que creo que el reto va dirigido más que nada a dibujantes de nivel medio-alto. O de nivel bajo pero valientes. Con eso y con todo, y ya como me pasó en el de 2019, algunos días no los pude cumplir a tiempo, y los dejé para más adelante.
Pues bien, además de lo dicho, ¿qué es otra cosa interesante del Inktober? Que acaba volviéndose una especie de diario visual. Aunque te den una idea de antemano, la forma de representarla es bastante personal. Y por ello no existirán dos dibujantes en el mundo, que dibujen lo mismo… incluso aunque hayan coincidido en el universo. Y eso pasó mucho en el día 1, con Dark Crystal. Claro está, que hacer fanarts es ir a lo “fácil”, e Inktober se llena de ellos. Pero muchas veces no hay tiempo de desarrollar un tema. Es más importante cumplir con el reto, que con el dibujo.
Y por último: te saca de tu zona de comfort. Muchos artistas se encasillan, e Inktober te hace pensar en otras ideas. Varios de los dibujos que hago en Inktober, no los haría si fuera “a mi bola”. Y de este año sin duda han salido algunos que quiero colorear más adelante. Y aunque cada cual puede tomarse el reto como quiera, es por eso por lo que no soy muy fan de los “custom prompts”, listas personalizadas o temáticas, que siguen algunos artistas para dibujar sin salirse de lo que les gusta.
¿Volveré a hacer el Inktober? Es un reto divertido y saludable, artísticamente hablando. Pero actualmente creo que el ritmo original es demasiado exigente. En mi caso, hacer el dibujo del día se solía llevar buena parte de la mañana. Tal vez repita aunque no a ese ritmo. Algunos se saltan días o hacen la mitad. Yo creo que la mejor solución es juntar varios temas en una misma ilustración. Lo dejo apuntado para el próximo Inktober.
Día 1: Crystal
Durante el anterior Inktober '19, me dio bastante por Dark Crystal. La serie Age of Resistance estaba de estreno en Netflix (una pena su posterior cancelación). Y dibujaba mucho con la banda sonora (de la película original) de fondo. Así que este día, lo tuve bastante claro. Me encantaría dibujar algo más extenso sobre esta película de culto, que también fue una de mis pelis de la infancia.
Freddy, el caracol cabrón, apareció en una de las tiras de Damn Gnolls, representando el arquetipo de ejecutivo que escupe sobre el trabajo de otros sin ningún miramiento.
Fanart de Deltarune. En la introducción de Chapter 1 se te pide crear una "vasija".
Imagínate lo que puede suponer para una araña, tener que sacarse un título estudiando nudos.
Fanart de Dark Souls 2. Ornifex, un NPC con cabeza aviar que intercambia almas de jefes a cambio de armas épicas. También conocido en mis círculos como "la cuerva".
Fanart de Fatal Frame / Project Zero. Este día no tuve demasiadas ideas, ya que el tema era muy abstracto.
Dibujé un personaje de una usuaria en Twitter, muy fan de mis dibujos, montada sobre mi mascota-avatar Silo. Le encantó.
Fanart de Silent Hill 4: The Room. Una inquietante escena del juego, muy en la línea del spooky month.
Un dibujo bastante personal, ya que conservo cierto trauma de cuando el colegio. La presión que suponía ser llamado a la pizarra, frente a una clase atestada de repetidores y con un profesor duro e inflexible como el acero, es algo difícil de olvidar.
Fanart de The Matrix. La escena de las pastillas. Un día flojo y minimalista en el que no se me ocurrió nada más.
Fanart de Simon The Sorcerer. La escena en la que una solitaria criatura ("swampling" del pantano) te obliga a comerse su asqueroso estofado. Una bonita aventura gráfica y juego de la infancia.
Los caballeros de la leyenda artúrica debían pasarlo realmente mal intentando sacar la espada.
Fanart de Deltarune (Chapter 2). Se me antojó tierno dibujar a Noelle y Susie sobre el tejado bajo un cielo estrellado.
Vaya tema. ¿Qué se puede dibujar una garrapata? Intenté hacer algo divertido y se me ocurrió este juego de palabras.
De nuevo, la leyenda de Arturo. Esta ilustración era algo que tenía pensado de antemano, representando el anhelo de Arturo de convertirse en caballero (representado por el casco), con la presión de su tutor y Merlín, que tienen otros planes para él. Estoy bastante contento con esta composición y la idea que representa. El casco en sí es otro guiño a uno de mis juegos favoritos, ya que forma parte de un set de armadura de Demon's Souls.
Fanart de Dragon Ball. Bulma y Goku no podían hacer gran cosa sin ese radar.
Fanart de Deltarune (Chapter 2). Escena del primer combate contra Berdly... en coches de choque. De niño me encantaban.
Fanart de The Lost Vikings 2. La luna es buena excusa para dibujar hombres lobo, como Fang, uno de los personajes controlables del juego.
"No volveré a caer" es una de las grandes mentiras. Y seguro que vuelvo a caer.
Zombie, muy en la línea de los de The Walking Dead. Incluso de la muerte puede florecer vida.
Me faltaban ideas, pero al poner "fuzzy" en el buscador me salían ciempiés peludos. No le di más vueltas.
Fanart de Dark Souls (1, 2 y 3). El temible e implacable mímico, un enemigo que se hace pasar por cofres del tesoro para devorar a aventureros incautos.
Fanart de Half Life. Aquí el tema de la "fuga" está un poco con pinzas, pero me sirvió para dibujar a Gordon Freeman.
Locosaurio fue una simpática mascota-avatar que usaba por allá 2011-2014. Ideal para este día porque está doblemente extinto, como dinosaurio y como personaje.
Fanart de Berserk. Guts está completamente loco, no pocas veces acababa empapado de sangre tras las épicas peleas. Adoro este manga. Me gustaría dibujar algún fanart mejor en el futuro.
Ilustración muy personal y metafórica, sobre el doble filo de los casos de enchufe laboral, y las oportunidades perdidas. De ahí la "desconexión". Creía que este dibujo pasaría bastante desapercibido, pero para mi sorpresa llamó bastante la atención cuando lo subí. Me encantaría volver a probar con este estilo "psicológico" en más ocasiones.
Fanart de Big Trouble in Little China. Película de culto y de la infancia que contaba con "Las Tres Tormentas", que luego inspiraron a Raiden de la saga Mortal Kombat.
Fanart de Deltarune (Chapter 2). Ya que "crispy" me sugería a voces Burger King, qué mejor (y más irónico) que Berdly comiendo nuggets de pollo.
El tema me remitía a Patch Adams, gracias a aquella conmovedora película con Robin Williams. Aunque no soy un gran conocedor del personaje original, creo que el humor tiene un gran peso curativo. Más en estos días, en que estamos más concienciados que nunca en temas de salud mental.
Empecé un poco desorientado, pero fijándome en los enfoques que le daban otros artistas, me di cuenta de que solía remitir a serpientes por eso de "deslizarse". Así que hice esto, vagamente inspirado en los soldados serpiente de Dark Souls, con un tono mucho menos oscuro y más amigable. No creo que cuente como fanart.
Día 31: Risk
Fanart de Squid Game. Sin creérmelo, acabé dibujando fanart del maldito Juego del Calamar (detesto dibujar cosas tan virales...). El capítulo del puente de cristal es uno de los más memorables. Éste fue el dibujo más complejo que hice este Inktober.Qué vida más triste |
Existe una magia especial cuando dos amigos se sientan a jugar un videojuego desde el mismo sofá.
No es el "efecto Bollycao" nostalfag que produce en ciertas personas ver que dos amigos se reúnen físicamente (y no online), para jugar algo en común, emponderado hasta el infinito por la equivocada idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Tampoco tiene que ver con ningún tipo de insinuación erótica-festiva que implique la gran victoria de sentarte cerca de tu crush. Ni tan siquiera es la conexión que se produce con una amistad cuando compartes con ese alguien una pasión en común. Que me parece fabuloso pero no va por ahí. Y si piensas que tal vez tiene que ver con el juego en sí... pues no. Tampoco.
Entonces, ¿qué es? Pues, es una situación con un contexto que se produce bajo ciertos factores, en el cual dos jugadores, mientras juegan, hablan, se relacionan sin tapujos, mostrándose tal y como es. La amistad brilla. E invita a acercarse a cómo piensan, y cómo viven, en ese momento.
Ein, ¿hablabas de videojuegos?
Efectivamente, y allá voy a explicarlo. El videojuego no es más que el punto de partida. La excusa. De hecho, el videojuego da un poco igual; aunque como ahora paso a detallar, dependiendo del género, puede prestarse más o menos a crear este ambiente. Y los factores que crean este tipo de gameplays tan peculiares son:
Pero, ¿no existen para ello otros formatos como los podcasts?
Cierto es. Con la diferencia de que un podcast es más cerrado: mayor estructura, planificación, enfoque en un tema y normalmente se busca informar. En un podcast hay temas que difícilmente pueden surgir. Aunque seguramente haya excepciones más experimentales que se acerquen, como "Nadie Sabe Nada" que es pura improvisación.
¿Por qué videojuegos y no otra cosa?
Podría. La gente se relaciona en todas partes como algo cotidiano. Pero como dije arriba, los videojuegos son la excusa perfecta. Hoy día uno de los entretenimientos más universales, y accesibles, que existen. Y el contexto que crea es ideal. Piensa en alguien que conozcas que no juegue absolutamente a nada. A mí me cuesta, aunque tuve un profesor en la Universidad que se declaraba abiertamente en contra. Lo mejor es que me daba una optativa sobre... ¡VIDEOJUEGOS! (desde luego la carrera fue un caldo de cultivo perfecto para todo tipo de situaciones bizarras).
Antes había mencionado un ejemplo de Gamplis, amigos del veterano youtuber Fistroman. En un excéntrico directo de Skyrim en un canal secundario, decía FM: "Esto es lo bueno de este canal, que como nos la suda, salen cosas muy interesantes". Se refería a que el gameplay que estaban emitiendo no se parecía en nada a un gameplay. Empezó como tal pero fue desvariando completamente.
El panorama del gameplay está saturado. Todo el mundo juega, y si lo pueden grabar y/o emitir, obteniendo algo a cambio, mejor. Esto da para un tema aparte. De los aspirantes a Youtube de los 2010's hemos pasado a los streamers, en directo, cuya inmensa mayoría busca, por encima de todo, crecimiento y prosperidad en sus plataformas (tenga el subtexto que tenga, esto siempre es la piedra angular). En mi caso, cuando digo "me encantan los gameplays", me refiero a los del tipo que dan título a esta entrada. Más allá de haberse ideado como producto, que sean, sobre todo, intimistas. Con esencia, espíritu.
A mí me gusta coleccionar algunos. Oírlos, desde mi móvil, me ayuda y acompaña en la vida diaria. Tiene un efecto balsámico, relajante, casi terapéutico diría. Cual aislada cápsula del tiempo en mitad de este torbellino cambiante que vivimos; más aún desde la pandemia... el terrible desastre que nos separó a todos. El mero hecho de oírlo se vuelve casi un acto egoísta. O idólatra. Durante unos años me tocó hacer frecuentes viajes en carretera. ¿Adivináis qué es lo que solía llevar puesto durante el trayecto? No hay otro formato que se le parezca, y cuando alguien lo graba, lo hace por accidente o casualidad. Porque los formatos se canibalizan entre ellos, se vuelven la misma cosa, y el gameplay no es una excepción.
Aunque todo esto está muy bien, pareciera que me esté limitando a ello como un producto audiovisual a disfrutar en tercera persona. Pues nada más lejos de la realidad. Es mucho mejor vivirlo. Quedar para jugar es el plan más zen que existe. Claro es, no siempre se puede, o apetece. Los videojuegos de hoy día tienen escasa inmersión, y el estilo de juego ha ido cambiando, planteándose más como una "maratón" que completar. Las famosas "quedadas de videojuegos" (al igual que las pijamadas) se han quedado desfasadas, obsoletas. La última persona de mi círculo que empleó esa expresión, se sacó unas oposiciones y desapareció del mapa. Quedar para esto requiere gran cantidad de energía. Los amigos viven lejos. Los amigos son selectivos; pero amigos al fin y al cabo. Y el retro o jugar títulos más antiguos no siempre es atractivo para muchos de ellos. Si quedas para jugar uno largo, el ritmo decae entre una quedada y otra. Salen otros planes alternativos que llegan a preferirse más, e incluso se dropean (abandonan) algunas partidas. Pero si no, igual también llegan a cansar las sesiones demasiado largas. Carajo, el mero hecho de hacerse adulto hace que estos planes se los lleve la corriente. ¡Son tantos inconvenientes!
Así que al final lo acabas oyendo. Que es mejor que nada.
Si tuviera que poner un ejemplo ideal de plan para gameplay intimista, en este instante de escritura se me ocurre Silent Hill, preferiblemente de la trilogía clásica. Soy un gran fan de los juegos de terror. Y ya de paso: ojalá esa franquicia levantara la cabeza. Pero bien de verdad. No como máquinas de pachinko. Ni como trending topic cada vez que en algún punto de España se forma niebla.